viernes, 24 de febrero de 2012

e.e.cummings y la virgen de Villaviciosa

Hace poco fui testigo de una feliz coincidencia poética (coincidencia siempre y cuando e.e.cummings no conociera el grito desgarrador de la virgen de Villaviciosa en calidad de madre o –por milagro milagroso- viceversa, claro está).

Hay unos versos de Edward Estlin Cummings, que gustaba de firmar como e.e.cummings, que dicen así: llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón) nunca estoy sin él... 

Son unos versos exquisitos, simples, sencillos, delicados sin ser cursis; la antítesis de lo farragoso, barroco y trillado que impregna tanta poesía (o más bien wannabe poesía). 

Pues bien, hace poco mi gran amiga Dulce me dijo lo siguiente: "Como dice la virgen del pueblo de mi madre, Hijo, llévame en tu corazón, que en mi corazón te llevo". Su madre es de Villaviciosa de Córdoba.

He aquí, pues, una huella, un rastro, un maravilloso ejemplo de esa continuación de una idea de la que hablaba Borges en su ensayo sobre la flor de Coleridge, una continuación que, en este caso, conduce desde el grito llano del alma de una madre hasta un poeta americano que escribía en minúscula y no dejaba espacios entre los signos de puntuación, como podría hacer un niño, o un adulto con corazón de niño.

Ahí lo dejo, y va por Dulce, quien me descubrió Villaviciosa y a quien siempre llevo en mi corazón.

3 comentarios:

  1. Y Villaviciosa te tiene a ti en su corazón.

    E.E. Godes, como me gusta firmar

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  2. A día de hoy hemos descubierto un blog donde cuentan que quien decía eso de "llévame en tu corazón, que en mi corazón te llevo" era san Ignacio. Pero no hemos encontrado nada aparte de ese blog, que por cierto es un poco... Bueno, ahí lo dejo: http://llamadosaseralabanzadegloria.blogspot.com/2009_02_01_archive.html
    ¿?
    ¿Alguien da más?

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