miércoles, 13 de febrero de 2013

Lo indecible, lo inefable, lo ¿inescribible? y lo unspeakable

La semana pasada mantuvimos una «conversación» tuitera con la amiga Punsetica et al. sobre cómo se llamaría en español lo «inescribible». Para lo que no podemos decir tenemos lo «inefable», lo «indecible» y hasta lo «inenarrable». Pero aún no he hallado un término exacto y preciso y sin atisbo de duda para lo que no se puede escribir. (Cierto, lo inefable, y por ende lo inenarrable, y hasta quizá lo indecible, según se mire, podría casi colar, pero queremos algo más específico). La solemne charla se zanjó afirmando que en español no existía lo unwritable, que en inglés sí existe, porque en español se puede escribir todo, toma castaña. O, lo que es lo mismo, con dos tacones, que diría la amiga Inés. 

Siguiendo con el tema —que es siempre el mismo: las palabras—, hoy, en algún momento del día, he leído en un artículo en alguna parte que el español medio solo usa 400 palabras. Really? Me he preguntado. ¿Con los tacos y todo? A mí me ha parecido muy poco, aunque me temo que con los tacos sería lastimosamente menos, pero probablemente es cierto, porque al final todo es «guay» (sí, todavía es guay aunque guay sea de la época en que molar molaba) o se sobrentiende (y lo último alude tanto a la situación política actual de España como al hecho de usar «cacharro» para todo porque tú ya me entiendes).

En estrecha relación con esto, aunque ahora mismo no os lo parezca en lo más remoto, resulta que en inglés hay unas 3.000 palabras para describir emociones humanas. Nos ceñimos a los humanos porque de momento no sabemos cómo hablan los perros. Nick Corey seguro que tendría algo que decir al respecto, pero mejor se lo preguntáis a él. En fin, lo importante es que los anglohablantes no emplean ni mucho menos todas esas palabras. O sea que tampoco hay que apurarse. Pero es que además hay palabras que no existen ni siquiera en inglés, con lo que da de sí. En concreto se trata de términos para 21 emociones a las que la lengua de Salinger aún no ha dado nombre.
  
Al hilo de lo de arriba, supe gracias a la amiga Marta que Pei-Ying Lin se puso a cartografiar las emociones sin nombre (unspeakable words; al menos los anglohablantes tienen un nombre para hablar de las palabras que no tienen nombre, lo cual es de agradecer y de repelente a un tiempo) y ha creado unos espléndidos mapas que facilitan el viaje lingüístico sobremanera, aunque ahora tengo nombres que no puedo pronunciar para emociones que no sabía que existían.

Bromas aparte, el proyecto Unspeakableness es fascinante. Y no solo habla de términos que no existen en inglés o no usamos en español, sino de fantabulosas palabras que existen solo en ciertos idiomas, expresiones únicas para emociones que probablemente sentimos todos. También hay un archivo de emociones, una lengua personalizada y un apartado dedicado a la comunicación que trasciende el lenguaje verbal. Paradójicamente (o no), yo al verlo me he quedado sin palabras.

2 comentarios:

  1. RAE: Intransmisible
    adjetivo
    Que no puede ser transmitido.
    "derechos intransmisibles; propiedades intransmisibles; factores culturales intransmisibles"

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  2. Naturalmente, intransmisible, ¡por supuesto!, gracias por la recordación y el interés, aunque en un principio se descartó por hallarse –por así decirlo– más cerca de la circunferencia que del centro, como intransferible –o intrasladable, que no recoge el DRAE*–, o como "ave" está más lejos del cóndor que su pico. Puede que hasta se admitiera intraducible, dado que toda comunicación es traducción. Ininscribible –que tampoco recoge el DRAE*– se aproximaría algo más. De todos modos, al igual que lo necesario de Kierkegaard, lo inescribible no puede existir –y menos aún por escrito. De modo que todo es conjetura, también esto. En algún lugar hay un planeta borgiano donde alguien ha recogido todo cuanto no se ha escrito sobre lo que no puede escribirse.

    *No obstante, como es sabido, que el DRAE no recoja un término, no implica que no lo admita. A ese respecto, inescribible es una palabra bien formada y perfectamente usable, y por lo tanto esta entrada no tiene objeto (¡juas!). Sin embargo, lo que recoge, admite, descarta, pule, tritura o esplendifica [yesss] el DRAE llega siempre mutilado por su carácter normativo. De ahí que sea de rigor inescribir, desescribir e intransmitir a la menor ocasión imposible.

    (y si es posible en minúsculas sin punto)

    ¡Gracias de nuevo! Aunque ya no actualizo este blog, me llegan las notificaciones de los comentarios, y me gusta saber que sigue vivo, o que solo ha medio muerto.

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