miércoles, 12 de diciembre de 2012

Omniimpotente

adj.: omniimpotente es cómo te sientes cuando ves que no sirves para nada a nadie en ningún lado. Vamos, que como empeorador, brillas por tu presencia. Eres del todo inútil y nada lo puedes, porque poder, lo que se dice poder, la verdad es que no puedes hacer prácticamente niente, que en italiano es la misma vacuidad. En definitiva, que no puedes por doquier. Y ya se sabe que tu intención es lo que cuenta, pero cuenta muy poco, dicho sea de paso (y además es una memez políticamente correcta de esas de ahora y de antes, como lo de «lo importante es participar», «los dos te quedan de perlas», «si no me lo dices, ni lo habría notado» o «les pasa a todos los hombres»). Pero bueno, siempre es un adjetivo del que puedes echar mano para salir de un trabajo molesto (y una alternativa más elegante y humilde al más grosero QTCHQ). Nada mejor que un ejemplo para ilustrar a qué me refiero:

–¿Tú me podrías ayudar en la mudanza?
–No, lo siento, yo es que soy omniimpotente.
–Ah, pues, si no me lo dices, ni lo habría notado.

(Que yo sepa es un neologismo mío, que, la verdad, no sé cómo no se me había ocurrido antes, pero, como a veces soy un poco omniimpotente –esto explicaría por qué no se me había ocurrido antes–, igual alguien lo había inventado ya y no me he enterado. Si es así, pues compartimos la omniimpotencia y listos.)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Gallina o huevo · Problema resuelto

Problema resuelto: Primero fue el gallina, porque no había huevos. Con perdón por mi francés, como dicen los ingleses, y por mi incorrección política allí donde la hubiera o hueviese.